Aurora boreal en Islandia. Stephane Vetter. APOD. |
Hay noches en que el mejor de los espectáculos está en la bóveda celeste. Éste es el caso de la extraordinaria aurora boreal captada sobre el lago glaciar más grande de Islandia. En el cielo de fondo se ve la banda de nuestra galaxia, la Vía Láctea, el racimo de estrellas jóvenes, con forma de interrogación, de las Pléyades y la galaxia de Andrómeda (ampliar la imagen para verla). A causa de una poderosa eyección de masa coronal del Sol, esta noche las auroras se pudieron ver muy al sur (Winconsin, por ejemplo).
Las auroras boreales, teñidas de púrpura, de verde o de oro, son el privilegio de los hombres del norte. También los hombres del sur disfrutan de ellas. Las auroras boreales no se producen por uno juego de la luz en la atmósfera sino por la acción de las partículas procedentes del Sol atrapadas por el campo magnético de la Tierra.
Porque la Tierra es como una enorme barra imantada cuyos extremos están en los polos. Esta es la razón por la cual estas auroras fantásticas iluminan las noches polares y lo es también del porqué la aguja imantada de la brújula se vuelve siempre hacia el norte.
“…la luz circular se dejaba ver de vez en cuando por entre las nubes y formó, poco después, en el aire un bellísimo arco de dos colores: amarillo claro y un verde azulado. Este arco se reflejaba en el mar y componía así un círculo perfecto de una belleza extraordinaria”
Anónimo
Tot Astronomia
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