Utinsilios necesarios y su posición para medir el diámetro solar |
Es fácil entender que el hombre primitivo pensara que el Sol era un dios, ya que éste era la única fuente de luz y de calor. Cuando el hombre se inició en la práctica agraria pasó a depender más del Sol y fue necesario dar los primeros pasos en el ámbito de la astronomía para poder predecir las estaciones. Muchos de los antiguos templos, pirámides y monumentos tenían una significación astronómica por qué estaban orientados cuidadosamente para poder realizar observaciones astronómicas. Incluso, en el siglo XVII todavía se pensaba en la divinidad del Sol, puesto que el año 1612 cuando Galileo Galilei anunció que había observado con su telescopio manchas en la superficie solar, tuvo fuertes críticas por parte de algunos hombres de ciencia y por las autoridades religiosas, ya que decían que el Sol era "inmaculado" y por lo tanto, no podía tener manchas.
Nuestra estrella más cercana tiene una superficie que nunca descansa, es como un caldo en estado de ebullición permanente que está en el centro del Sistema Solar. A pesar de que nuestra estrella dispone de un diámetro medio, es el objeto más grande de nuestro Sistema y si fuera una pelota hueca por dentro, podría contener más de un millón de Tierras como la nuestra. Esta caldera nuclear, desde su nacimiento hace 4.500 millones de años, no ha parado de viajar alrededor del núcleo de la Vía Láctea, la galaxia donde estamos, a una velocidad de 790.000 Km / h, tardando en dar una vuelta entera unos 240 millones de años. Pero, ¿cuál es el tamaño de esta bola de fuego? Con materiales muy sencillos y un poco de geometría es posible medir el diámetro de nuestra estrella desde la comodidad de nuestra casa. Desde el siglo III antes de Cristo, los griegos ya utilizaban métodos geométricos sencillos pero muy ingeniosos, para determinar la circunferencia de la Tierra y la proporción entre la distancia a la Luna y la del Sol, por lo tanto, quien quiera aventurarse en este pequeño pasatiempo astronómico, participará del mismo espíritu de sencillez y elegancia de la geometría que empleaban los griegos.
Necesitaremos utilizar dos tarjetas de cartón, una moneda de un céntimo de euro y una cinta métrica. En primer lugar, en una de las tarjetas deberá hacerse un pequeño agujero bien definido de 3 o 4 milímetros de diámetro y utilizaremos esta tarjeta para proyectar la imagen solar. Ahora pondremos la moneda de un céntimo, sobre la segunda tarjeta lisa y preferentemente de color oscuro. Subiendo o bajando la tarjeta agujereada, intentaremos ajustar la imagen del Sol sobre la moneda a fin de que el blanco disco solar proyectado tenga el mismo diámetro que el de la moneda. Con la cinta métrica mediremos la distancia entre las dos tarjetas cuando las dos imágenes se acoplen. Para finalizar la experiencia, hay que anotarse la distancia entre las dos tarjetas (a) y el diámetro de la moneda (d). Al formarse dos triángulos semejantes (ver el dibujo), podremos calcular el diámetro solar, de la siguiente forma:
d
D = ----- x 149.500.000
a
Es importante medir el diámetro de la moneda (d) y la distancia entre tarjetas (a) en la misma unidad, por ejemplo en centímetros. Al ser la distancia entre la Tierra y el Sol en kilómetros, el diámetro solar (D) igualmente estará en km. ¡Ah, por cierto! el diámetro solar es de 1.392.000 Km. A la sabiduría por la astronomía.
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