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Imagen de Vesta (debajo de la linia
superior indicativa), cuando transitava
por Taurus en diciembre de 2001.
Foto R. Drudis |
Siempre quise seguir la trayectoria de un asteroide en el cielo nocturno y dejar constancia de este seguimiento en imágenes. El reto estaba en seguirlo con un equipo modestísimo, es decir cámara réflex analógica y trípode. Por alguna razón difícil de explicar siempre he tenido debilidad por la gran piedra cósmica Vesta, quizá por ser uno de los primeros cuatro asteroides descubiertos, por ser el médico y físico alemán Olbers su descubridor y al cual admiro, por tener el nombre de la diosa virgen romana del hogar o por ser el objeto más brillante y el único en ocasiones visible con pequeños prismáticos, como un astro de la sexta magnitud.
Por fin pude conseguir el objetivo previsto, cuando dicho asteroide rondaba por la constelación de Taurus y quedó impreso en imágenes como un diminuto punto de luz que se desplazaba día tras otro en el cielo, tal como seguramente lo observó Olbers en 1807, cuando lo descubrió.
Algunos familiares y amigos me comentaban por qué era tan importante para mí hacer este seguimiento, si ello no representaba ningún hito histórico, ningún nuevo descubrimiento, ni algo excepcional, pero yo creo que los sueños no deben justificarse, únicamente han de llevarse a la práctica.
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Comparación de Vesta con Ceres y la Luna |
Vesta es un mundo que forma parte del cinturón principal de asteroides, el cual se encuentra localizado entre Marte y Júpiter, sin embargo Vesta no es un miembro típico de esta aglomeración de escombros orbitantes. La gran mayoría de objetos en este cinturón principal son de peso pluma, cuando se les compara con Vesta, al ser éste un coloso de 530 km de diámetro. Este resistente protoplaneta ha sobrevivido al bombardeo de los asteroides vecinos durante 4.500 millones de años, lo que hace que su superficie sea, posiblemente, una de las superficies planetarias más antiguas del Sistema Solar. Por fin, ha quedado estabilizado, dando una vuelta al Sol cada 3,9 años y una rotación sobre si mismo en 5,3 horas.
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Representación artistica de la nave
"Amanecer" con Ceres a su derecha
y Vesta a su izquierda. Nasa/JPL |
Pero, ¿cómo es Vesta de cerca? ¿Cuál es su composición, topografía y la textura de su superficie? ¿Tiene muchos o pocos cráteres de impacto? Aunque el telescopio espacial Hubble ya había resuelto alguno de estos enigmas yo quería acercarme aún mucho más y en septiembre del año 2007 me propuse mi segundo objetivo: ver de cerca a Vesta mediante la sonda espacial “Amanecer”, equipada con cámaras fotográficas, esta vez no analógicas y sin trípode, y poder revelar los apasionantes secretos de este mundo exótico e inexplorado. Cuando a primeros de este pasado mes de agosto la sonda “Amanecer” estaba a 184 millones de kilómetros de la Tierra, empezó a tomar fotografías de Vesta desde una distancia de 5.200 km del asteroide. Estas imágenes las transmitió a nuestro planeta azul con unos detalles sin precedentes. Desde que entró en órbita, la “Amanecer” ha tomado más de 500 fotografías, al tiempo que ajusta su trayectoria y se acerca más a la superficie de esta gran piedra cósmica para obtener un mejor panorama desde solamente 2.700 km de su superficie.
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El asteroide Vesta fotografiado por la
"Amanecer". Un mundo inhóspito para
pasar unas vacaciones. Nasa/JPL |
Las imágenes obtenidas este verano me han permitido pasear virtualmente por este pequeño planeta de tipo terrestre, y que representa el 10% de la masa total del cinturón de asteroides. Las primeras imágenes nos muestran un mundo viejo y maltratado, cubierto de cráteres, protuberancias, grietas y acantilados. Por tanto no es un buen hogar para pasar unas vacaciones tal como las tenemos previstas los humanos y, por supuesto, que esta colección inestimable de imágenes no las pienso pasar a mis amigos o familiares cuando les cuente en otoño o invierno donde he pasado mis vacaciones. Creo que su incomprensión la tendría garantizada, aunque les presente la soberbia cadena de cráteres denominada “El muñeco de nieve”.
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Cadena de tres grandes cráteres en
Vesta, apodados "El muñeco de nieve".
Nasa/JPL |
La exploración de Vesta dará pistas sobre la edad de formación de nuestro Sistema Solar y después de un año estudiando este protoplaneta, la “Amanecer” abandonará su órbita para aproximarse a uno de los planetas enanos: Ceres. Pero esto será en el 2015. Quizá me decida a hacer un segundo viaje hasta allí. Quién sabe!
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