Violín Stradivarius expuesto en el Palacio Real de Madrid (España) |
Como aficionado a la música, siempre que entro en una sala de conciertos y escucho una orquesta sinfónica, me gusta seguir la evolución del llamado "concertino", es decir, el primer violín solista que ejecuta los "solos" escritos para ese instrumento en la obra orquestal. El violín es, sin duda, el más fascinante de los instrumentos musicales, el más estudiado y el que ha dado origen a un mayor número de leyendas. Por su belleza de forma, sencillez del material empleado y la pureza del sonido, representa la cumbre en la fabricación de instrumentos. Las maderas de abeto, arce, ébano, palisandro, peral y tilo son las que se utilizan para la fabricación de este instrumento, aunque, se cree, que la calidad del sonido lo da la operación de barnizado y secado. La calidad de los violines fabricados en los siglos XVII y XVIII, por los grandes artistas luthieres de Cremona, Antonio Stradivari y Giuseppe Guarneri, se ha perdido para siempre.
Por este motivo, el principal objetivo de los intérpretes de fama es conseguir un instrumento fabricado por alguno de estos grandes luthiers italianos, a pesar de los precios, que hoy pueden llegar a los 400.000 euros. ¿Por qué actualmente, después de tener toda la tecnología a nuestro alcance, no se han conseguido fabricar violines con la sonoridad como los de los siglos XVII y XVIII? La respuesta parece ser que está en el Sol.
Anillos concéntricos en el tronco de un àrbol. R. Drudis |
Los largos inviernos y veranos fríos durante estos 70 años de mínimo solar produjeron madera de lento y regular crecimiento (anillos estrechos), propiedades muy adecuadas para la producción de instrumentos sonoros de gran calidad. Antonio Stradivari, de Cremona, nació precisamente un año antes del inicio de la mínima actividad de nuestra estrella. Él, Guarneri y otros fabricantes de la zona, utilizaron la única madera al alcance y con los anillos muy estrechos en su tronco, que no sólo hacía más fuertes los violines, sino que aumentaba la densidad de la madera empleada. El inicio del mínimo solar coincidió, además, con el cenit de las habilidades de los constructores de violines en Cremona, lo cual, aportó un mejor tono y brillo a los instrumentos.
Actualmente no existen las condiciones climáticas de aquella época y por tanto la madera que utilizan los mejores constructores de violines no dispone de las mismas características de densidad. De todas formas pido, con toda modestia a quien corresponda, que el Sol siga con los ciclos de mínima y máxima actividad cada 11 años de forma invariable, para bien de todos. A la sabiduría por la astronomía.
Actualmente no existen las condiciones climáticas de aquella época y por tanto la madera que utilizan los mejores constructores de violines no dispone de las mismas características de densidad. De todas formas pido, con toda modestia a quien corresponda, que el Sol siga con los ciclos de mínima y máxima actividad cada 11 años de forma invariable, para bien de todos. A la sabiduría por la astronomía.
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