Renovarse con una nueva imagen

Logo Tot Astronomia

La bitácora digital o sitio web creado por Tot Astronomia lleva ya más de un año funcionando en la red de redes con la idea fundamental de socializar la ciencia astronómica y que ésta llegue a todas las personas con inquietudes sobre nuestra ubicación en el Universo conocido. Con todos los artículos propios que publicamos y últimas noticias sobre el cosmos pretendemos también desterrar la cosmofobia, es decir los miedos irracionales a los fenómenos cósmicos. Esta cosmofobia es alentada por algunos canales de televisión, revistas, y sitios web con pretensiones científicas y propagadoras de catástrofes imaginarias.

Creemos que ha llegado el momento de establecer una imagen propia, constituida por icono y tipografía, con la función principal de representar a nuestro grupo de trabajo. Queremos que este Logo sea un sello de garantía y nuestro estandarte por lo que a divulgación astronómica se refiere.

Yunque grabado en piedra en la
fachada de la vivienda de un herrero
de finales s.XVIII en Lleida (Catalunya)

En la Edad Media, los artesanos y herreros ya utilizaban una imagen distintiva que imprimían sobre sus producciones para autentificarlas y dejar constancia de su autoría. Ya más cercano a nuestros días, a partir de la Revolución Industrial, las empresas comienzan a identificarse y a diferenciarse de sus competidoras con un logo corporativo que imprimían en sus productos.
Por tanto, la introducción de un Logo para identificar a Tot Astronomia no es nada nuevo, únicamente queremos dar un pequeño paso más para que podáis identificar nuestros “productos” propios.

El icono transmite el mensaje a partir de una imagen figurativa. Nuestra imagen no envía un mensaje claro y unívoco sino que presenta variedad de significados. En ella podemos intuir la cúpula semiesférica con la ventana abierta al cielo de nuestro Observatorio Astronómico y en su interior se presentan dos círculos excéntricos, uno de ellos de color oscuro.
Estos dos círculos simbolizan un objetivo telescópico tapado parcialmente, o quizá un tránsito astronómico. Los tránsitos ocurren cuando un astro pasa por delante de otro más grande, bloqueando en cierta medida su visión. Uno de los tránsitos más espectaculares es el eclipse de Sol visto desde la Tierra, aunque también existen los tránsitos de Mercurio y Venus por delante del disco solar, aunque el circulo negro muy bien podría ser Fobos o Deimos pasando por delante de nuestra estrella, eso si, visto desde Marte.

Tránsito de Fobos por el disco solar, captado por el Rover Opportunity desde Marte

Igualmente, los más imaginativos, acaso vean en las imágenes circulares cerradas, exoplanetas pasando por delante de su estrella o tal vez un ojo humano aplicando la técnica de visión lateral cuando se trata de observar objetos con una luminosidad muy débil y poder, así, percibir la imagen con la zona lateral de la retina.

La tipografía o material verbal anexado al Logo es el nombre del Equipo de divulgación astronómica en catalán, y su interpretación no presenta ninguna dificultad, aunque se ha aplicado un tipo de letra distinto pero formal para “Tot” (Todo) y Astronomia.

En definitiva, el esfuerzo de incluir nuestro propio Logo en el blog, facebook, twitter y material propio, creemos que potenciará la identificación de nuestro modo personal de hacer, que no es otro que la divulgación astronómica, para hacer asequible el conocimiento científico a la sociedad más allá del mundo académico.

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Valores, Piscis y vida en la Tierra

Los valores humanos son de alta
rentabilidad

La pasada semana, después de una comida divertida con unos amigos, hicimos lo que a mi particularmente más me gusta, alargar, sin prisas por delante,  la sobremesa charlando de cosas inmateriales  pero que hacen felices a todos los mortales. En esta ocasión el tema versaba sobre si algo está cambiando en nuestra sociedad, es decir, si los valores como el esfuerzo, el sentido del bien común, la autoexigencia, la paciencia, la austeridad, el sentido de la familia, la ambivalencia de derechos y deberes se comienzan a valorar a causa de la crisis que estamos padeciendo. Llegamos a la conclusión que es totalmente necesario y urgente que se eduque, especialmente a los más jóvenes, en estos valores y que los políticos, maestros, psicólogos, sociólogos, padres de familia,  etc,  los asuman y procuren que sean practicados. También hablamos del consumo respetuoso con el medio ambiente y llegado a este punto me vino a la cabeza como seria la contaminación lumínica que tendría la próxima noche ya que me disponía a observar el cielo en la zona de la constelación de Piscis.

Imagen del siglo XVIII de Piscis

Después que el Sol dejara el cielo visible, vi con pena que la bóveda celeste no era negra pero aun así, entre en mi Catedral del Cielo (Observatorio), quite el preservativo de la máquina del tiempo y la puse en estación. La máquina me dio su Ok y me dispuse a deleitarme con algunas estrellas dobles de la constelación de los dos peces. Según la mitología al encontrarse en un gravísimo peligro Venus y su hijo Cupido se tiraron al agua y se transformaron en los dos peces de la constelación. Para asegurarse que no se perdieran se ataron a una cuerda y desde entonces vemos a madre e hijo unidos por esta cuerda en el cielo.

Constelación de Piscis
Allthesky

Siempre que hablo de Piscis pienso en la estrella con el nombre más largo. Así que apunte el tubo óptico reflector hacia la estrella Turcularis Septentrionalis, una gigante amarilla observable a simple vista y con una luminosidad equivalente a 135 soles. Seguidamente me dispuse a ver por el ocular algunas estrellas dobles que tenía en mi agenda. Empecé con 1 Piscium, una estrella visible con prismáticos y que puede desdoblarse con un 12 x 50. Vi dos puntitos plateados suficientemente separados. Seguí con las dobles 35,38,55,65,100 Piscium, terminando con Zeta Piscium. La 55 Piscium me impresionó por su coloración de oro viejo, la primera y azulada su compañera. Para mí son las mejores dobles de la constelación y las recomiendo a los observadores partidarios de las estrellas dobles, utilizando 125 aumentos como mínimo.

Un planeta extrasolar  tipo saturno gira
en torno a la estrella 54 Piscium. JPL

En la constelación de Los Peces también existen planetas extrasolares alrededor de las estrellas 54 y 109 Piscium. Ambas tienen magnitudes de 5,6 y 6,3 respectivamente, por lo que se pueden observar con pequeños telescopios. Estuve largo tiempo contemplando estas dos estrellas, no por su color, sino porque me dio por pensar si alguno de sus planetas estaba habitado por seres inteligentes y lo hice partiendo de la hipótesis del origen interestelar de la vida en nuestro querido planeta azul.

Núcleo del cometa Hartley 2 con chorros
de gas arrastrando polvo cometário.
NASA

La Tierra se formó hace 4.600 millones de años y desde entonces está siendo bombardeada por una lluvia de granos de polvo interplanetario. De hecho, cada año alcanzan la Tierra unas 3.200 toneladas de este polvo foráneo. El 10% de esta masa corresponde a compuestos orgánicos y cuando la vida surgió en la Tierra, el Sistema Solar era todavía joven y la superficie de nuestro planeta era atormentada por una lluvia especialmente intensa de meteoritos con aminoácidos, que podían haber aportado una masa de hasta 1 millón de toneladas al año.

Joan Oró en su laboratorio de Houston
Crédito: Fundación Oró

Los cometas tampoco son ajenos a estos signos de vida. En el análisis de los cometas Halley por parte de dos sondas y Wild por la sonda Stardust , detectaron que casi la tercera parte era orgánica. Así las cosas, no podemos negar la opción de que la materia orgánica procedente del espacio haya podido estar relacionada con el nacimiento de la vida en la Tierra. Asteroides, cometas, meteoritos y partículas de polvo interestelar, a modo de insectos que vuelan para fecundar las plantas alejadas, pueden haber traído el material necesario para que la vida germinase en la Tierra y en otros muchos planetas de la zona de habitabilidad. El científico catalán Doctor Joan Oró estaba convencido de ello, y yo también. A la sabiduría por la astronomía.

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La constelación más conocida del cielo boreal

Bandera de Alaska

Cuando el territorio de Alaska decidió tener una bandera propia, solicitó a sus  ciudadanos propuestas de diseño para el nuevo estandarte. El diseño ganador fue el de Benny Benson, un muchacho adolescente de 13 años que vivía en un orfanato. Alaska adoptó oficialmente esta bandera estatal en 1959 y sobre el fondo azul del cielo, se representan las siete estrellas de la constelación del Carro Grande u Osa Mayor y una octava estrella en la esquina superior derecha, como símbolo de la estrella Polar, en la constelación del Carro Pequeño (Osa Menor), para indicar que es el estado que queda más al norte. Tadas las estrellas disponen de un color dorado para simbolizar los enormes recursos de oro que tiene este gran Estado. La bandera de Alaska sirve para localizar la estrella que siempre señala el norte. Únicamente hay que seguir la línea de unión de las dos estrellas de detrás del Carro Grande, hasta una distancia de unas cinco veces la distancia entre las dos estrellas anteriores y llegaremos a la estrella Polar.

Asterismo del Carro Grande

La constelación de la Osa Mayor se llama así por qué las cuatro estrellas del rectángulo forman el cuerpo del plantígrado y las tres de la izquierda la larga cola de la osa (hay que tener mucha imaginación para ver este dibujo en el cielo, y más si tenemos en cuenta que las osas no tienen cola), aunque para quien escribe estas líneas le gusta llamarla Carro Grande (las 4 estrellas del rectángulo son el carro y las otras tres las mulas). Esta constelación boreal es visible en todas las estaciones, por qué es circumpolar, es decir, que nunca toca con el horizonte, ya que la distancia angular entre sus estrellas y el polo norte celeste es menor que la latitud geográfica de nuestras regiones.

Localización de la Estrella Polar a
partir del Carro Grande

 El Carro Grande es un buen referente que nos ayuda a poder localizar muchas otras agrupaciones estelares con facilidad. Si continuamos la línea curva de las tres mulas, llegaremos a una estrella brillante y rojiza llamada Arturo en la constelación del Boyero siendo la tercera estrella más brillante del cielo y separada de nosotros 35 años-luz. Pero si seguimos la anterior línea imaginaria nos llevará hasta la estrella Espiga en la constelación de la Virgen. Es de color claro y una de las más bonitas del cielo, muy conocida por los navegantes por su posición aislada que facilita su localización. Está situada a 218 años luz, es decir, que la luz que estamos viendo ahora, hace 218 años que salió de  Espiga.

Localización de Arturo y Espiga a
partir de las tres mulas del Carro Grande

La estrella más representativa del Carro Grande es la llamada Mizar y se trata de una estrella doble visual, ambas se pueden ver a simple vista, en una noche oscura. Pero Mizar y Alcor, que así se llama la estrella compañera, no están solas. Así pues, mirando por el ocular del telescopio Mizar y Alcor son a la vez estrellas múltiples, por lo que, cuando miramos las estrellas anteriores a simple vista o con prismáticos, es necesario que pensemos que allí "arriba" hay un sistema estelar séxtuplo (4 estrellas para el sistema Mizar y 2 para el de Alcor). Además de Mizar las otras dos estrellas que simbolizan las mulas del Carro reciben el nombre de Alkaid y Alioth. Alkaid es un astro gigantesco de color blanco-azulado, con una temperatura en superficie de 20.000 grados, un brillo de 600 veces la de nuestro Sol y su luz tarda 200 años en llegarnos. Alioth es otra gigante blanca y la más brillante de la constelación.

Órbita de los planetas del Sistema de
47 Ursae Majoris

Alrededor de tres de las estrellas de la constelación del Carro Grande se han descubierto cinco planetas. La caldera nuclear de fusión más representativa es la denominada 47 Ursae Majoris, una enana amarilla parecida a nuestro Sol, a 46 años luz de nosotros, visible a simple vista desde cielos oscuros y con tres planetas a su alrededor.

Con toda seguridad si Benny Benson, que recibió un reloj de oro y mil dólares como premio por su diseño, hubiera conocido la existencia de planetas extrasolares en el Carro Grande, hoy estarían representados en la bandera de Alaska. A la sabiduría por la astronomía.

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