30 octubre 2012

La pasión por la astronomía puede ser peligrosa

¿Podéis trazar el contorno de la
constelación de Cefeo y localizar
la estrella variable Delta Cephei?

¿Es posible amar y apasionarse tanto por la astronomía, hasta el punto de morir por esta ciencia? Pues eso le pasó al joven astrónomo inglés John Goodricke, que el año 1786, con 21 años cayó enfermo de muerte, después de estar muchas noches mirando y siguiendo estrellas que variaban su luminosidad de forma cíclica. Pero el pequeño John no era un niño como los demás. A la edad de 5 años tuvo la escarlatina y fue aquella enfermedad la que le dejó sin el sentido del oído. A partir de entonces, toda su comunicación con los demás la realizaba mediante la lectura del movimiento de los labios, aplicando las técnicas aprendidas en una escuela especial de Edimburgo. Cuando tenía 13 años descubrió la ciencia astronómica de la mano de su tutor-profesor y cuatro años después se iniciaba en la observación del cielo nocturno desde un observatorio astronómico que tenía el padre de un amigo suyo. Su interés estaba en establecer el tiempo que tardaba una estrella variable en cambiar su luminosidad. Uno de estos astros, descubierto por el joven John, fue la estrella Delta Cephei, en la constelación de Cefeo, que con una variabilidad de reloj de precisión, cada 5 días, 8 horas, 47 min. y 32 seg. su corazón cósmico late y su esfera gaseosa se expande y contrae, modificando al mismo tiempo, su temperatura, su tamaño y brillo.

Constelación de Cefeo y las
estrellas Delta Cephei, Alderamin
y "estrella granate"
Para determinar el período de variabilidad de este astro, había que averiguar su brillo, comparándola con la de las estrellas vecinas, pero al ser el período inferior a una semana, era necesario repetir las observaciones muchas veces en una sola noche y siguiéndola durante meses. Así pues, este chico con sordera, admiraba la belleza del cielo nocturno, para lo cual, únicamente necesitaba sus ojos, no le hacían falta ni el oído ni el habla, pero su salud era más bien débil y su organismo no tardó en resentirse. A los 21 años, esta gran promesa de la astronomía, dejaba de existir por una fatal neumonía.

Estrella delta Cephei. Crédito T. Credner
La estrella variable Delta Cephei tiene una luminosidad de 2.000 veces la de nuestro Sol y se trata de una supergigante 33 veces superior a nuestra estrella más cercana, tardando su luz 900 años en llegarnos. Es una de las pocas estrellas variables cuyo cambio de brillo (de magnitud 3,5 a 4,5) puede observarse a simple vista o mejor con unos prismáticos. Este prototipo de estrella variable es fácil de localizar a simple vista en la base de la constelación de Cefeo, que nos recuerda el dibujo infantil de una caseta. Cefeo, que en la mitología griega era rey de Etiopía, padre de Casiopea y marido de Andrómeda, no se esconde nunca bajo el horizonte y durante todo el mes de noviembre la podremos admirar durante las noches sin Luna con la punta del tejado de la caseta apuntando a  la estrella polar y cerca de ella, entre las constelaciones vecinas de Casiopea y El Cisne.

Curva de luz de la estrella Delta
Cephei
La estrella principal de la "Caseta" y la de más brillo, se llama Alderamin y se trata de un astro blanco-amarillento, 17 veces más luminoso que nuestra estrella madre y a 49 años luz de distancia de la Tierra. Por debajo de la mitad de la base de la "Caseta" hay una supergigante roja, bautizada como la “estrella granate”, debido a su profundo color rojizo, variando su luminosidad cada 730 días. Este astro es tan grande que si estuviera en el centro de nuestro Sistema Solar, llegaría a la órbita de Saturno.

¿Por qué no localizáis, este mes de noviembre, la constelación de la "Caseta" y contempláis la estrella variable Delta Cephei, por la que dio la vida un joven astrónomo inglés?


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1 comentarios:

Me encanta el artículo, muy bueno si señor...ahora tengo curiosidad de observarla al telescopio :-)

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