Representación de los Magos, siguiendo la Estrella de Belén. Iglesia de S. Apolonio en Rávena. |
Uno de los elementos que no pasa por alto, cuando se
acerca la Navidad es la Estrella de Belén. A medida que se acerca el día 25 de
diciembre, las calles de las ciudades y pueblos, se iluminan y no es raro ver
bombillas o leds formando estrellas, pesebres, renos, abetos u otras imágenes
de la imaginería popular, pero lo que nunca falta en todas estas engalanaduras
es la bíblica Estrella de Belén.
El debate sobre la existencia de esta Estrella y qué
tipo de objeto astronómico era, se ha mantenido durante más de 7 siglos. Hoy,
después de dos milenios de historia podemos afirmar muchos datos con cierta
seguridad.
Adoración en Las horas del Duque de Berry (folio 52r) |
La celebración de la Navidad el día 25 de diciembre
no está justificada por ningún tipo de acontecimiento histórico, y se estableció
por convención en el siglo IV. Era la fecha tradicional de la fiesta invernal
pagana en la que se celebraba el solsticio y el hecho de que el invierno ya
estaba en su ecuador. De igual forma, el año cero de nuestra era, fue fijado en
el siglo VI por el monje escita y astrónomo Dionisio el Exiguo, que, después de
la caída de Roma, sustituyó el calendario Romano por otro Cristiano, el cual
partía del nacimiento de Jesús, pero Dionisio se equivocó en la forma de contar
los años, por lo que, tras las correcciones, parece ser, y siempre adoptando el
sistema Dionisiano, que la fecha de la Natividad sería el año 5 a.C.
En los Evangelios, hay dos referencias de hechos
históricos que ayudan a fijar un límite superior y otro inferior para
establecer el año del nacimiento de Jesús:
- La primera es el censo que realizó Cesar Augusto
entre el año 8 y el 6 a.C.
- La segunda corresponde a la muerte de Herodes,
posterior al nacimiento de Cristo y que los historiadores contemporáneos fijan
poco después de un eclipse de Luna que pudo observarse desde Jericó, y antes de
la Pascua judía. Efectivamente, el eclipse aconteció el 13 de marzo del año 4
a.C. Así pues, el nacimiento de Jesús, hay que situarlo entre el 8 a.C. y la
primavera del año 4 a.C.
Adoración de los Reyes. Obra pintada por Giotto, en la que representa la Estrella de Belén por un cometa. |
Según San Mateo, la famosa Estrella de Belén, siguió
a los Reyes Magos hasta Palestina, por
lo que hay que averiguar que fenómeno astronómico al que se refiere el
Evangelio, se produjo durante este periodo. San Mateo, habla genéricamente de
una "Estrella", aunque en todos los pesebres vemos siempre un cometa,
pero se trata de una interpretación fantástica, que se impuso en la Edad Media
y claramente representado en el cuadro "La adoración de los Reyes Magos
", pintado por el italiano Giotto di Bondone, el año 1304.
Giotto, pintó su Estrella de Belén en el cuadro,
probablemente por la sorpresa que había supuesto la aparición en 1301 de un
cometa, que hoy conocemos con el nombre de Halley. La iconografía ha adaptado
poco a poco estas figuras en todas las escenas que hacen referencia a la
Natividad, y de esta forma nos ha llegado hasta hoy.
Ninguna de las crónicas astronómicas occidentales,
babilónicas, chinas o coreanas, hablan de ningún tipo de cometa brillante entre
el año 8 y el 4 a.C. En cambio, sí que
indican, en el año 12 a. C., el paso de un luminoso astro con cabellera, que
igualmente era el cometa Halley, aunque se trata de un hecho muy anterior.
¿Fue una supernova lo que vieron los Reyes Magos? |
Durante los primeros años del siglo XVII, Johannes
Kepler, gran matemático y astrónomo, propuso una hipótesis consistente en la conjunción
(acercamiento en el cielo) entre Júpiter y Saturno, y que sucedió el año 7 a.C.
Por tanto, es posible que los Magos interpretasen este hecho como un
encadenamiento de causas astrológicas, y que les hizo caminar hacia Palestina.
Una nueva prueba a favor de esta hipótesis, ha sido
el hallazgo en el siglo pasado, de dos tablas babilónicas de arcilla, que
indican con gran detalle, el acercamiento, el año 7 a.C, de Júpiter y Saturno,
entre las estrellas de la constelación de Piscis. Esto, indica que el evento
estaba previsto, que era esperado y que
los astrónomos de aquella época le asignaron una gran importancia.
La segunda hipótesis más creíble es la aparición, en
marzo del año 5 a.C. de una masiva estrella que como consecuencia de reacciones
termonucleares explosivas, aumentó considerablemente su brillo y se mantuvo
visible durante 70 días sin desplazarse, según indican las crónicas chinas de
la época. Por tanto, los Magos vieron esta estrella (supernova) en el este y en
la constelación del Águila, en los meses de marzo o abril del año 5 a.C,
mientras preparaban y posteriormente realizaban su viaje.
Podemos afirmar que Jesús nació el año 7 a.C. o el 5
a.C.?, hay que ser prudente, entre otras cosas, porque San Mateo, en el Nuevo
Testamento, nombra únicamente cuatro veces la Estrella, y en el resto de
Evangelios sólo San Lucas habla de la Natividad.
No se puede excluir que la Estrella de San Mateo sea
simplemente una invención literaria y no un objeto celeste, sino el testimonio
simbólico de una presencia celestial en el momento del Nacimiento de Jesús,
aunque la posibilidad planteada por Kepler o la de la estrella explosiva, sin
duda tienen una gran fascinación. A la sabiduría por la astronomía.
Tot Astronomia
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