21 diciembre 2012

Un par muy enigmático

La brillante Sirio luce a la izquierda
del gigante cazador Orión
Hace ya unos años tuve el privilegio de ver la estrella Sirio y su acompañante, desde el ocular de un telescopio de 60 centímetros de diámetro de objetivo de  la mano del amigo Ramon Roure, el padre de la astronomía en Lleida/Cataluña/España. El evento todavía lo tenemos bien  presente en la memoria, las tres personas que pudimos disfrutar de la observación de la vecina de la estrella más luminosa del cielo.

La estrella Sirio con racimos
abiertos cercanos.
En los cielos del hemisferio boreal, podemos observar durante todo el invierno de la constelación de Orión. Si dirigimos nuestra vista hacia la izquierda de los pies del cazador Orión, podemos ver un astro muy brillante, es Sirio, la estrella blanca como un diamante y la pieza principal de la constelación del Canis Major, el perro del cazador Orión.

Hay dos razones del porqué esta estrella sea tan brillante, la primera porqué es una estrella muy cercana a nosotros, a tan sólo 8,6 años luz, una distancia muy pequeña en comparación con la mayoría de estrellas, y la segunda razón, su luminosidad, equivalente a 23 soles como el nuestro.

Localización de Sirio a partir del
Cinturón de Orión
Considerando esta luminosidad, no es raro que Sirio (palabra que significa "abrasadora", en el griego antiguo) esté en los antiguos catálogos astronómicos de muchas culturas. Los egipcios relacionaban su aparición poco antes de la salida del Sol, con el inicio de la inundación del valle del  Nilo, suceso de vital importancia para la agricultura y economía egipcia. Igualmente, hay numerosas indicaciones sobre esta estrella, tanto en autores griegos como romanos.

Un hecho sorprendente entre la comunidad científica y aparecido el pasado siglo, ha sido el que muchos autores antiguos (Horacio, Séneca. Tolomeo, etc), indicaban que esta estrella tenía color rojo, por lo que, el posible cambio de color de Sirio es todavía, un problema controvertido, ya que ninguna de las teorías existentes hoy, prevé que una estrella pueda cambiar su color de forma tan radical, en tan sólo dos mil años.

La estrella Sirio A con su compañera
Sirio B (parte inferior izda.). Hubble
Pero el interés científico de esta estrella está en el hecho de ser  un sistema doble y que las dos estrellas giran una alrededor de la otra en unos 50 años. La segunda componente del sistema es muy difícil de observar porque está muy cerca de la estrella principal y con una gran diferencia de brillo. Sirio B, que así se llama la estrella acompañante de Sirio A, tiene el honor de ser la primera enana blanca, al ser descubierta por el matemático alemán Friedrich W. Bessel, en 1844 y vista por primera vez por el óptico y mecánico estadounidense Alvan Clark, cuando probaba un nuevo telescopio de 47 centímetros de diámetro de objetivo, en el año 1862.

Órbita de Sirio B
Las enanas blancas son en realidad cadáveres de estrellas que ya han pasado por todos sus estados evolutivos y han consumido prácticamente la totalidad de su combustible, y esto ocurre en todas las estrellas que tienen una masa inferior a 1,4 veces la de nuestro Sol. En este estado, la estrella tiene una altísima densidad (una cucharadita de materia de Sirio B transportada a la Tierra, pesaría 2000 Kg), con un diámetro similar al de nuestro planeta. En esta fase, estos astros, ya no se pueden considerar estrellas y no están en condiciones de seguir su contracción, y por tanto, no pueden calentarse ni iniciar nuevas reacciones nucleares en su centro. Así pues, brillan cada vez menos, lanzando al espacio su poco calor que aún tienen, apagándose poco a poco y en silencio, hasta convertirse en una enana negra. Por lo tanto, este sistema estelar doble, ocupa un lugar muy especial en las teorías modernas de la evolución de las estrellas.
Comparación de Sirio A con nuestro
Sol

Y para terminar la descripción del sistema binario de Sirio, quisiéramos comentar un último hecho, ciertamente enigmático, y es  que la tribu africana de los Dogon, que habita desde hace más de 8 siglos, en la actual República de Malí, tienen unos conocimientos astronómicos altamente avanzados, con respecto al sistema de Sirio.

Como es Sirio B comparada con la
Tierra
En los mitos de este pueblo se indican referencias clarísimas a la enana blanca Sirio B, la acompañante de Sirio A, que se descubrió por primera vez en 1844 y ellos ya hablaban de ella a partir del año 1300. Los Dogon describían Sirio B, como muy pequeña, formada por el metal más pesado del mundo y con un período orbital de 50 años, virtualmente idéntico al calculado por la astronomía occidental………¡ 5 siglos después!

Cuando las próximas noches miréis la estrella Sirio, a buen seguro que no os será tan indiferente como antes. Por lo que se refiere a mi amigo Ramon Roure, seguro que actualmente  me podría hablar con mucho más detalle del sistema doble de Sirio, ya que me consta que está mucho más cerca de las estrellas que yo. A la sabiduría por la astronomía.

Tot Astronomia








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