La mayoría de los leridanos, cuando vamos a la
capital de Cataluña, y no lo hacemos para ir al médico, disfrutamos de sus
calles, ramblas, puerto, espectáculos y gente de todas las razas y colores,
fundamentalmente en el centro de la Ciudad Condal (la ciudad en cuyo equipo juega
Messí), aunque, yo particularmente, con todo un día de estancia en ella, ya
tengo suficiente y por la noche siento como una gran muelle me hace volver de
nuevo, hacia mis Tierras Ponentinas.
Localización de Perseo y Algol en el cielo. |
Hace un par de semanas que estuve viendo una obra de
teatro, en un local que hay en la
Avenida del Paralelo, y desde hace ya algunos años, que
cuando estoy en este lugar, recuerdo al insigne astrónomo barcelonés Josep
Comas Solà, licenciado en ciencias físicas y matemáticas, director del Observatorio
Fabra de Barcelona y fallecido en 1937. La familia Comas Solà tenía una criada
que al casarse, la ayudaron económicamente, para que pudiera instalar un bar;
Comas Solá le puso solo una condición, que el bar se llamara Paralelo, ya que estaba situado en
una calle perpendicular al meridiano geográfico. De la popularización del bar,
esta gran avenida se llama Avenida del Paralelo. Si prolongamos la Avenida anterior hacia el
este y la Avenida
de la Meridiana
(que forma un ángulo de 90 grados con la anterior) hacia el sur, las líneas
interceptan en el antiguo faro del Puerto de Barcelona, hoy llamado Torre del Reloj, por el reloj de 4
esferas que se instaló en el siglo XVIII.
Perseo, el héroe que se apoderó de la Medusa |
Josep Comas fue el descubridor de once pequeños
planetas, llamados asteroides, uno de ellos lleva oficialmente el nombre de
Barcelona, así como dos
cometas periódicos, uno de ellos bautizado con su propio nombre y en la Luna hay un cráter de 65
kilómetros de diámetro, situado en la cara visible, bautizado en su honor. Este
gran astrónomo catalán, empleaba numerosos procedimientos para simplificar o
facilitar su trabajo, la mayoría de ellos de su propia invención y de los que,
yo mismo, he hecho un buen uso, en las sesiones de observación y de astrofotografía
que habitualmente realizo.
Una página de un calendario egipcio El ojo indica la estrella Algol. Trustess of the British Museum |
Uno de estos procedimientos sirve para determinar el
brillo de las estrellas variables de corto período y consiste en obtener en un
mismo negativo fotográfico varias imágenes, desenfocando la estrella a fin de
que ésta adopte una forma de círculo. De esta forma resulta mucho más fácil y
preciso medir el nivel de brillo de la estrella que si esta fuera únicamente un
simple punto.
A finales de febrero y principios de marzo, tenemos
muy alta sobre el horizonte noroeste (hemisferio norte), la constelación de
Perseo, en la que hay una famosa estrella de brillo variable, descubierto por
el joven astrónomo inglés sordomudo, John Goodrike el año 1782, que detectó que
su luminosidad aumentaba y disminuía, como un reloj, cada 2 días y 20 horas. Se
trata de la estrella llamada Algol (en árabe significa Cabeza del Demonio), un
sol variable eclipsante situado a 870 billones de kilómetros de la Tierra , que a simple vista
tiene la apariencia de una sola estrella, pero que en realidad, está
constituida por dos estrellas, la primera de color azul, de gran temperatura y
la segunda, que gira alrededor de la primera, de color amarillo-rojo, mucho
menos brillante que la primera pero mas grande y fría. La escasa inclinación
del plano orbital de ambas estrellas hace que cuando uno de estos soles pasa
delante del otro, lo esconde y de esta forma, la luz que antes emitían las dos
estrellas, proceda, ahora, solamente del astro que está delante y esto provoca
una disminución de la luminosidad del sistema.
Rotación del sistema estelar doble de Algol, con su curva de luz. |
La variabilidad de brillo de Algol es posible
detectarla a simple vista o con prismáticos y es altamente gratificante poder
ver el eclipse provocado por estos dos astros, sin grandes aparatos ópticos y
desde una distancia de 92 años luz.
Josep Comas Solà al telescopio. |
Recuerdo de forma apasionada, cuando por primera vez
pude fotografiar esta caldera nuclear, con el sistema empleado por Comas Solà
con un pequeño telescopio, y así poder detectar el cambio de luminosidad de
este astro, en unas pocas horas de seguimiento. Estábamos un trío excepcional
en la oscuridad de la noche: la estrella Cabeza del Demonio, la técnica de
Comas Solà y yo.
Quiero, desde estas líneas, rendir un humilde
homenaje a este gran astrónomo catalán, que no ha recibido todo el
reconocimiento que se merece, aunque él ya decía, tal vez de forma premonitoria
que "a la muerte de los que en vida fueron proclamados maestros, sucede
generalmente un eclipse". A la sabiduría por la astronomía.
Tot Astronomia
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