Orión con sus estrellas principales |
Ayer, no pudimos resistirnos a
observar por el telescopio. Celebramos
la Nochebuena, el día de Navidad y San Estaban reunidos con la familia y
siempre en torno a una mesa, este año con regalos solo para los más pequeños y
comida austera. Las fiestas son buenas ya que una vida sin fiestas es como un
largo camino sin albergues. Hablamos y nos reímos mucho, y eso es bueno porque
la risa es salud y alarga la vida.
Pero estos días festivos, con musiquilla por las calles, exceso de
iluminación, engalanaduras ciudadanas, ventajas para el consumo,
felicitaciones, gente más amable que de costumbre, pesebres, belenes, abetos
plantados para la ocasión y aglomeraciones de última hora en comercios, nos dio
el pretexto perfecto para desintoxicarnos de estas fechas y de sus
consecuencias.
Cinturón de Orión |
Nuestra cura festiva fue dar una mirada al cielo nocturno, ver, escudriñar
y estudiar una de las constelaciones más sublimes del invierno en el hemisferio
norte. Nos referimos a la Catedral del Cielo Nocturno: Orión. Esta constelación, al igual que otras nos
transmiten seguridad, porque el cielo tiene patrones. Esta constelación la
vemos es esta estación, desaparecerá en primavera y la volveremos a tener en
nuestros cielos el año próximo por estas fechas. Así, que el mirar el cielo nocturno
nos despierta una cierta experiencia religiosa, en el sentido espiritual del
término.
Localización de Hatysa |
Empezamos la observación astronómica con siete estrellas dobles, fáciles de
separar con equipos medianos. Un elevado número de estrellas no están aisladas;
forman sistemas dobles o, con menor frecuencia, múltiples. La observación de
estos astros es muy gratificante ya que al observarlas a través del telescopio
se pueden notar sutiles diferencias de colores.
Hay estrellas dobles de perspectiva, es decir dos estrellas que están muy
alejadas entre sí, pero que por casualidad están formando una línea prácticamente
recta con la Tierra. También las hay que corresponden a sistemas físicos y son
aquellas muy cercanas entre sí, que interaccionan gravitatoriamente, orbitando
una alrededor de la otra.
Nuestra observación empezó por las estrellas del Cinturón de Orión Alnitak
y Mintaka. Alnitak es un sistema triple, con magnitudes aparentes de 2,3/4,0/4,2
y Mintaka es una binaria física con magnitudes
2,2-6,8 separadas por 53” de arco. Seguimos con la caldera nuclear doble física
Meissa, en la cabeza del Cazador Orión, que con una luminosidad de 65.000 soles
se ve con magnitud 3,3 y su compañera con 5,6, separadas 4,4” de arco.
Trapecio de La Nebulosa de Orión |
Bajamos un poco hacia el sur de la constelación para poner en nuestro punto
de mira a Hatysa, una gigante azul triple en la Espada del Cazador. Sus
componentes están separadas 11” y 50“ de arco de su estrella principal. Ya que estábamos
muy cerca de La Nebulosa de Orión quisimos probar con su trapecio interior y después
de muchos intentos y peripecias con nuestros ojos, no solo pudimos ver las
estrellas A,B,C,D del trapecio, sino que las E y F se nos hicieron visibles (ver dibujo
adjunto). Pusimos un ocular de pocos aumentos para ver con mayor luminosidad la
Gran Nebulosa Difusa, y que también puede verse a simple vista desde cielos
oscuros. La estábamos observando desde 1270 años-luz de distancia y nos
deleitamos más de 20 minutos con ella, pensando que en su interior se forman
nuevas estrellas y planetas a partir del polvo y gas en colisión e incluso se
han descubierto últimamente enanas marrones.
La estrella doble física y supergigante azulada Rigel, situada en el
supuesto pie izquierdo de la figura del cazador la estábamos viendo tal como
era hace 860 años. Pudimos separar las dos componentes de magnitudes 2,0 y 6,7, separadas por 9,4” sin
dificultad.
Gran Nebulosa de Orión |
Dejamos para el final el sistema quíntuple Sigma Orionis. Las componentes A
y B no las vimos ya que disponen de una separación de tan solo 0,25” de arco,
aunque si pudimos observar con detenimiento las componentes D y E con
magnitudes de 6,6 y la C, una estrella
blanca muy próxima al sistema A-B.
Todas las observaciones las realizamos con tres oculares, que nos daban 77,
125 y 285 aumentos, disponiendo de un seeing de 3,5 (siendo 0 el peor y 5 el
mejor).
Sistema de Sigma Orionis |
Salimos del observatorio de forma renovada y con una idea que nos gusta
tener siempre presente (aunque algunas veces se nos olvida). Sabemos que nos
quedan las fiestas de Fin de Año, Primero
de Año y Reyes, y esto no podemos ni queremos evitarlo, pero sí que cambiaremos
nuestra interpretación y reacciones ante estos hechos. No serán estas fiestas
del consumismo de masas las que nos trastornarán, sino la interpretación que hagamos
de ellas. Es decir, cambiando nuestro pensamiento sobre estos hechos, modificaremos
nuestras emociones respecto a ellos. A la sabiduría por la astronomía.
Tot Astronomia
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