Asterismo de "La Percha". Crédito: Tot Astronomia |
Una
de les Leyes de Murphy aplicadas a la astronomía indica que “la cantidad de nubosidad es directamente
proporcional a la disponibilidad del astrónomo a observar el cielo” y esto
en nuestro caso se ha cumplido escrupulosamente muchas veces, y la última, esta misma semana que teníamos observación astronómica en tres escuelas de nuestro
territorio.
Pero
no solo son las nubes las que nos obligan a quedarnos en casa, también lo son
las luces laser de algunas discotecas lejanas, las brumas, calimas, nieblas o
la propia Luna llena que siempre la tenemos presente cuando hemos de observar algún acontecimiento astronómico
en un día concreto.
Asterismo "El Velero". Crédito: Tot Astronomia |
Pero
a grandes males grandes remedios, por lo que con la ayuda de unos simples
prismáticos podemos deleitarnos con algunos objetos estelares que no figuran en
los catálogos clásicos de astronomía, aunque la contaminación lumínica esté
presente. Uno de estos objetos es posible encontrarlo a medio camino entre las
estrellas Altair (en la constelación del Águila) y Albireo (en el Cisne),
siendo un grupo de estrellas alineado casi perfectamente en sentido este-oeste
y que coloquialmente se llama “La Percha”. Se trata de nueve estrellas, más
brillantes que las de su entorno, que forman la figura de una percha al revés,
y su visión no deja indiferente a nadie que la mire con un binocular de pocos aumentos.
Si
después de observar “La Percha” queremos localizar otro bonito asterismo estelar,
podemos dirigir nuestros prismáticos hacia la constelación de La Serpiente,
donde podremos admirar otro objeto altamente recomendable. Es un grupo de seis
estrellas, que unidas imaginariamente entre sí, forman un dibujo denominado “El
Velero”. Su extensión es de seis veces la de la Luna llena y este “Velero”
parece navegar rumbo noroeste, teniendo como mascarón de proa al racimo estelar
compacto con nombre de catalogo Messier M5. Es el racimo más brillante del
hemisferio norte y uno de los más brillantes del cielo, aunque algún otro se
lleve la fama, pero la fama no siempre
va unida a la valía.
Racimo estelar compacto M5 |
El
prolífico escritor de ciencia ficción Isaac Asimov se sirvió de este racimo
estelar como escenario para situar al planeta ficticio Kalgesh en su novela Amanecer. Los habitantes de este planeta
tenían un sistema estelar con 6 soles, por lo que tenían que esperar 2.049 años
para que se hiciera de noche. Cuando al fin los 6 soles se hallan a la vez por
debajo del horizonte, descubren con asombro un firmamento de 30.000 estrellas a
simple vista.
Para
ver el racimo M5 con unas mínimas condiciones de detalle, necesitaremos un
telescopio a partir de 10 cm de abertura, aunque si esto no nos es posible o
tenemos contaminación lumínica en nuestros cielos nocturnos, siempre podremos
observar los asteriscos de “La Percha” o “El Velero” es decir, grupos de
estrellas fácilmente reconocibles por las figuras que forman y que no son
constelaciones, sino que forman parte de estas.
Tot Astronomia
2 comentarios:
Somos fieles seguidores de este blog. Nos apasiona la astronomía, así que queríamos aprovechar para compartir con los lectores nuestra página web donde podréis encontrar noticias relacionadas con esta temática: www.ign.es. También podéis visitar el Real Observatorio de Madrid: http://www.ign.es/rom/visitas/index.jsp.
Sois un regalo sorprendente. Muchas gracias.
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